La familia de Salvador Gallardo ha viajado hasta la frontera de Polonia con Ucrania para, tras 3.500 kilómetros, traer a Almadén a una familia ucraniana formada por una madre y un hijo menor que ya conviven con nosotros.
Una iniciativa solidaria donde las haya que supone un gran esfuerzo por parte de los almadenenses que se sienten más que recompensados emocionalmente. Aunque el idioma es un gran obstáculo, el día a día hace que esta familia ucraniana cada vez se sienta más integrada en nuestra sociedad aunque precisan del cariño y solidaridad de todos para intentar abandonar emocionalmente la tragedia que han soportado en su país.
Salvador nos ha contado el periplo que ha tenido que hacer para que esta familia pueda estar hoy lejos de los horrores de la guerra y a salvo e integrada en el seno de su familia.
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